Sigo en trance. No tengo percepción de cuántas horas transcurren, pero sí sé que llevo casi toda la noche en vela, me encuentro como ida y soy incapaz de dejar de mirar el satélite blanco.
He leído muchas historias ancestrales acerca de la vinculación del hombre y el lobo, de los hombres y las mujeres lobo con éste, del mito del lobizón, de Lycaón, de la diosa Lupa, de la diosa Diana y otros cuentos mitológicos, solamente para satisfacer mi curiosidad. En contraposición a estos conocimientos, huyo de las connotaciones negativas de las leyendas antiguas. Muy al contrario, el lobo es un animal noble. Con el tiempo he llegado a entender a la perfección su esencia natural y me siento plenamente identificada con ella. Creo que los lobos y las mujeres nos parecemos. Ellos son profundamente afectivos con su pareja y su camada, la mujer no puede repudiar su instinto de protección maternal, y ambos creo que somos intrínsecamente leales y valientes, por lo general. Yo soy como ellos.
Cada viernes de luna llena, paso la noche hipnotizada, con los ojos muy abiertos, escuchando lo que la Luna me cuenta, lo que me transmite su figura, su resplandor. Este ritual me ayuda a encarar mejor los siguientes días. Para comprender todo el misterio que inunda mi transformación extrasensorial he de retroceder a la noche que dormí bajo la luna, completamente desnuda. Desde entonces siento el llamado de su magia.
Poseo rasgos muy bellos y también sobrenaturales. Por ejemplo, tengo la capacidad de curarme rápidamente de mis heridas, puedo moverme aceleradamente, trepar, saltar, muy rápido, y mis sentidos están muy agudizados, puedo oler, ver y oír mucho mejor que cualquier ser humano. También puedo transferir el dolor, aunque mi bondad me hace reprimir esto mismo, y absorver y aliviar el dolor que padecen otras personas. Sin embargo, no tengo de qué preocuparme porque mi alma tiende al bien, al igual que la de los lobos.
También mi aspecto es peculiar. Mis ojos son de un azul intenso, brillante, reflejo de que he llevado una vida inocente, mi pelo es fuerte, tengo mucha fuerza física. Pero jamás he matado a nadie, ni me he comido su corazón, ni he hecho correrías nocturnas en busca de presas, ni he sufrido persecución, ni han intentado matarme con balas de plata. Cuentos chinos. La fuerza sobrenatural que recorre los bosques donde vivo consigue que mi espíritu se transforme esas noches para iniciar el viaje extracorporal.
Gracias al efecto de ciertas plantas del lugar, cuyo conocimiento me reveló un chamán en uno de mis viajes, puedo cambiar la percepción humana hacia la forma animal. A través de fuertes sacudidas en mi estómago y tras notar ligeros zumbidos en los oídos y movimientos en el paladar, expulso de mi vientre la figura de un lobo conectado por un hilo muy brillante que se sitúa delante de mí a una corta distancia. El trance, me lleva a soñar con todas y cada una de las acciones que ejecutaría un lobo en plena trascendencia de su vida en estado salvaje. Conservo toda la noche, la psicología propia de un estado alterado de la conciencia. Por eso también me considero bruja.
En toda esta etapa, la que precede al inicio de la luna llena y también durante la misma, en la vida cotidiana soy capaz de escuchar los sonidos que son imperceptibles para el oído humano y los pensamientos que mantiene la gente que está cerca de mí. Solo me alimento de carne cruda y de grandes cantidades de sangre y no hago vida social nocturna. A la noche voy a mi habitación y dejo la ventana abierta, para que pueda entrar la luz de la luna a través de ella, mirarla directamente y esperar.
Despues de eso escucho aullidos. Son mis hermanos que se acercan para llevarme consigo hasta la espesura del bosque y perdernos entre los árboles. Ya empieza. Van bajando mis pulsaciones. En poco tiempo perderé la consciencia de lo que hay a mi alrededor y abandonaré la mente propia de una mujer. De hecho, cada vez me cuesta más pensar. Y llegará el momento en que manteniendo los ojos abiertos dormiré como ser humano y despertaré como lobo. Por fin. Dulce licantropía.
LA UNIÓN - LOBO HOMBRE EN PARÍS

Magnífico relato, Marisa (si me permites llamarte así, que creo que es tu nombre). Me encanta el tono nostálgico y sabio de la mujer que explica su doble condición, que nos acerca la verdadera naturaleza del lobo y que rompe mitos. Ella es poderosa y afortunada, sobre todo porque es consciente de sí en cada vertiente.
ResponderEliminarEspléndidamente bien narrado y muy cuidado en las imágenes que describes, me encantó!!
Un fuerte abrazo.
Hola Julia,
EliminarEfectívamente, me llamo como indico en los comentarios, aunque al principio comentaba con el nombre de mi perfil de Google +, tal y como se denomina el blog (una pequeña cuestión de timidez que luego resolví, jeje).
Me alegra que te haya conmovido la historia de esta peculiar mujer-loba, amante de la filantropía del ser humano y la del lobo, casi a partes iguales, aunque me he esforzado por expresar una percepción animal que inunda la psiquis de la protagonista hasta los momentos previos a la transformación, también con connotaciones espirituales.
Muchas gracias por venir, me siento muy complacida por tus palabras de apoyo al relato.
Fuerte abrazo
Las nacidas bajo el signo de cáncer son las mas parecidas a este personaje femenino que describes. Me ha gustado tu relato. Un saludo
ResponderEliminarHola Yolanda,
EliminarCierto, a mí también me lo parece, las cáncer son naturalmente intuitivas, incluso se dice que tienen un sexto sentido, y son profundamente espirituales, tendentes al altruismo.
Me alegra que te haya gustado. Muchas gracias por tu visita y por comentar en este rincón de amistad y lectura.
Un saludo ;-)
oh! sin duda tu relato me trae a la mente a una mujer de fuerza de sentir,profunda y de una perspectiva que suele acobardar a las almas más inseguras,muchas cosas bellas y espirituales bajo la piel ...me gustó mucho tu relato! besos!
ResponderEliminarHola Ady,
EliminarMe complace que el relato sea de tu agrado, es un relato espiritual, para nada pretendía infundir miedo y creo que ese objetivo está conseguido. Asimismo, era complicado para mí reflejar la pureza animal dentro del alma femenina, desde el punto de vista de lo sobrenatural. Todas esas cosas en una sola persona... he tenido que documentarme un poco...
Es un placer disfrutar de tu compañía, y tus palabras me significan un aliciente literario, porque veo que la idea que quería plasmar la has expresado con precisión.
Un beso!! ;-)